Enfermedad de Alzheimer Entendiendo Acerca
de la Demencia Más Común

Iniciativa Sobre la Enfermedad de Alzheimer y Otros Desórdenes Relacionados

Introducción

Todos/as somos olvidadizos/as de vez en cuando. Ocasionalmente perdemos las llaves, nos olvidamos de un nombre, o recordamos un cumpleaños dos semanas más tarde. Esto no es razón para alarmarse. Pero cuando las pérdidas de memoria son frecuentes y comienzan a interferir con la rutina diaria y las relaciones personales, eso puede ser la enfermedad de Alzheimer. El diagnóstico y tratamiento temprano no pueden detener o curar la enfermedad de Alzheimer, pero pueden aliviar síntomas y proveer una mejor calidad de vida para los/as afectados/as por la enfermedad y sus familiares.

¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?

La enfermedad de Alzheimer es la causa más común de la demencia (una condición de deterioro de la memoria y del funcionamiento mental, entre personas de 65 años y más. Por razones desconocidas, algunas personas padecen de un deterioro gradual de sus células cerebrales que causa un daño nervioso irreversible en áreas que son vitales para la memoria, toma de decisiones y otras habilidades mentales. Aproximadamente 4 millones de americanos/as sufren de la enfermedad de Alzheimer.

Alrededor de un 10 porciento del total de personas mayores de 65 años y la mitad de los mayores de 80 años padecen la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia. A medida que aumenta la población de personas mayores, aumenta el número de personas con la enfermedad de Alzheimer.

¿Cuáles son los síntomas de la enfermedad?

Al inicio de la enfermedad de Alzheimer, las personas pueden tener problemas para recordar nombres y caras familiares, actividades recientes, la fecha del día, o lo que comieron para el desayuno. A menudo familiares y amigos no reconocen los síntomas tempranos de la enfermedad de Alzheimer porque comienzan con cambios imperceptibles en la conducta y personalidad, y progresan lentamente. Otras veces, estos síntomas son considerados como parte del proceso normal de envejecimiento. Sin embargo, los síntomas de la enfermedad de Alzheimer no son parte natural del envejecimiento.

Una persona en las etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer puede continuar con sus actividades regulares. Esto hace aún más difícil reconocer la enfermedad. Más tarde, los síntomas se profundizan y comienzan a interferir con la vida diaria de la persona.

A medida que la enfermedad avanza, puede provocar cambios drásticos en el ánimo y juicio, y pérdida de la coordinación física. Lo ideal es que la enfermedad sea diagnosticada antes de que empiecen a ocurrir estos cambios. Si un familiar o amigo sospecha que alguien tiene la enfermedad de Alzheimer, debería llevarlo lo antes posible a su médico/a. Una evaluación psiquiátrica completa y un examen médico pueden determinar si los síntomas son realmente por la enfermedad de Alzheimer o por otro problema médico. En cualquier caso, el tratamiento temprano puede aliviar el sufrimiento. Si es la enfermedad de Alzheimer, un diagnóstico temprano ayudará a luchar con la enfermedad más tarde.

Cuando alguien padece de la enfermedad de Alzheimer, cambios en la conducta hasta entonces normal, pueden ser síntomas de la enfermedad. Reconocer los síntomas de la enfermedad de Alzheimer no siempre es fácil. Sin embargo, la lista que aparece abajo puede ayudar. Esta lista presenta los síntomas más comunes sobre los que se debe estar alerta, clasificados desde leves hasta severos:

Síntomas leves

  • frecuentes pérdidas de memoria
  • incapacidad para llevar a cabo sus actividades diarias
  • confusión o desorientación en lugares familiares
  • cambios de personalidad notables (agitación, ansiedad o depresión)

Síntomas moderados:

  • pérdidas al hablar
  • necesidad de ayuda para bañarse, asearse e higienizarse
  • incapacidad para reconocer a familiares y amigos
  • conducta inquietante (agresividad)

Síntomas severos:

  • hablar lentamente o de manera incomprensible
  • pérdida del control de la vejiga o intestinos
  • aumento de o dependencia total de sus familiares

¿Quién está en riesgo?

La edad avanzada o un historia familiar de enfermedad de Alzheimer son los factores de riesgo más importantes asociados con el desarrollo de la enfermedad. Con pocas excepciones los/as investigadores/as creen que la enfermedad de Alzheimer no es producida por un solo factor o gen, sino por una combinación de factores que actúan conjuntamente. Otros factores de riesgo, que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle la enfermedad de Alzheimer, incluyen golpes en la cabeza con pérdida de conocimiento, enfermedades cardiovasculares, y bajos niveles educativos. Las mujeres mayores corren un riesgo más alto que los hombres.

Mediante el estudio de distintos grupos étnicos, raciales y sociales, los/as científicos/as continúan identificando factores de riesgo y su papel en la enfermedad de Alzheimer. Estos hallazgos pueden ayudar a descubrir los orígenes y el desarrollo de la enfermedad y, eventualmente, llevar a elaborar estrategias preventivas y tratamientos tempranos contra la enfermedad, así como conducir a una posible cura.

¿Cómo sabe el/la médico/a si es la enfermedad de Alzheimer?

La única forma absoluta de diagnosticar la enfermedad de Alzheimer es reconociendo los síntomas y luego confirmarlo a través de una autopsia al morir el/la paciente. Tomar tejido cerebral de una persona viva puede ser doloroso y riesgoso, por esto los/as médicos/a han desarrollado otros métodos confiables para determinar si un/a paciente tiene la enfermedad de Alzheimer. Estos métodos tienen un 85-90 por ciento de confiabilidad. Para esto revisan cuidadosamente los síntomas del/la paciente, toman una historia médica minuciosa y realizan un examen físico completo. Este examen puede incluir una evaluación médica, psiquiátrica y neurológica, junto con otras pruebas necesarias para el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer que también permiten descartar otras formas de demencia parecidas. Mientras más exacto y temprano es el diagnóstico, mayor es la posibilidad de manejar el desarrollo de la enfermedad.

¿Qué tratamientos hay disponibles?

Actualmente no hay ningún tratamiento que detenga o cure la enfermedad de Alzheimer. Algunos medicamentos pueden ayudar a hacer más lento el desarrollo de la enfermedad y controlar síntomas tales como, insomnio, irritabilidad, ansiedad y depresión. El tratamiento de estos síntomas puede ayudar al/la paciente a sentirse más cómodo/a y a que su cuidado sea más fácil. Las personas con la enfermedad de Alzheimer pueden no sufrir dolor físico, que es tan común en otras enfermedades, pero igualmente requieren cuidado médico y tratamiento. La búsqueda de una cura continúa siendo un desafío para los/as científicos/as, quienes persisten en probar nuevos tratamientos. Mientras tanto, entender la enfermedad y como cuidar al/la paciente puede ayudar a aliviar el estrés de pacientes y familiares. Los/as psiquiatras geriátricos/as, especialistas en la enfermedad de Alzheimer, son los/as médicos/as entrenados/as especialmente para asistir a pacientes con Alzheimer y sus familiares.

¿Quiénes son los/as psiquiatras geriátricos/as y cómo pueden ayudar?

El entrenamiento del/la psiquiatra geriátrico/a incluye adiestramiento clínico adicional y requerimientos educacionales superiores a los del/la psiquiatra general. Estos/as especialistas -a menudo en colaboración con médicos/as de atención primaria y otros/as profesionales de la salud- proveen cuidado y dirección a las necesidades especiales de los/as ancianos/as que padecen enfermedades como la de Alzheimer, depresión y ansiedad. Los/as psiquiatras geriátricos/as también pueden ayudar a los familiares con la carga psicológica del cuidado del paciente.

Cuidando al/la paciente

Asegurarse que una persona con Alzheimer se sienta mental y físicamente segura es una parte importante y significativa de su cuidado. Personas con la enfermedad de Alzheimer necesitan minimizar la confusión y mantener el sentido de estabilidad y comodidad en sus vidas. El establecimiento de una rutina diaria en un ambiente conocido es una forma de ayudar. También es importante proveer comidas nutritivas en un horario regular, para que la nutrición sea adecuada y la salud física óptima. Mantener al/la paciente en contacto con familiares y amigos, y recordarle eventos pasados y actuales, además de fechas importantes, son buenos ejercicios mentales.

Proteger el hogar es importante para prevenir accidentes. Las personas a cargo del cuidado del/la paciente pueden quitar alfombras y cables que pueden ocasionar caidas; tener una lista de números de teléfono de emergencia cerca del teléfono y mantener fuera del alcance del/la paciente bebidas alcohólicas y otras sustancias peligrosas. Otras precauciones de seguridad incluyen mantener objetos afilados o rompibles fuera de su alcance, mantener una temperatura ambiente constante y agradable, y protegerlo contra peligros eléctricos.

Hay muchas formas de ayudar y confortar a alguien con Alzheimer. Una de las más importantes es que los familiares o personas a cargo del cuidado del paciente obtengan la mayor información posible acerca de la enfermedad e identifiquen recursos disponibles en la comunidad. Algunos lugares donde se puede obtener información incluyen los grupos de apoyo locales, casas de información y centros de recursos para Alzheimer, en los cuales se puede encontrar información sobre el desarrollo de la enfermedad (vea la última página para una lista de organizaciones).

Cuidando al familiar

Cuidar a una persona con la enfermedad de Alzheimer puede ser una experiencia significativa. También puede ser una tarea física y emocionalmente agotadora, abrumadora y extenuante. La mayor parte del tiempo y atención de un familiar o persona a cargo está dedicado al cuidado del/la paciente con Alzheimer, lo que deja muy poco o ningún tiempo personal. Como resultado, se descuidan las propias necesidades de apoyo emocional y descanso, o si se reconoce la necesidad de cuidarse, a veces no se sabe cómo hacerlo o dónde buscar ayuda. Por estas razones los familiares o personas a cargo del/la paciente son llamados a menudo el/la segundo/a paciente o víctima silenciosa de la enfermedad de Alzheimer.

Es común para los familiares o personas a cargo del cuidado del/la paciente experimentar cansancio, ansiedad, irritación, enojo, depresión, aislamiento social o problemas de salud. Ellos/as deben aprender a reconocer estos síntomas y buscar atención médica o apoyo emocional para mantener un buen estado de salud y bienestar. Demasiado estrés puede ser perjudicial para el familiar o persona a cargo del cuidado y para el/la paciente, por lo que es esencial que se busque ayuda temprano (vea la próxima página para una lista de organizaciones).

Otras consideraciones

Los familiares pueden reducir el estrés planificando por adelantado asuntos financieros, legales y emocionales que surgen a medida que avanza la enfermedad de Alzheimer. Consultar un/a abogado/a o asesor/a financiero/a acerca del cuidado médico en el futuro, poderes legales, testamentos, posesiones, deudas y otros aspectos pueden ayudar a organizar y planificar con tiempo los asuntos personales del/la paciente. Sin importar la condición económica del/la paciente un/a asesor/a financiero/a puede ayudar a desarrollar un plan para asistir al/la paciente y su familia con las complicaciones financieras que pueden acompañar a una enfermedad crónica.

 

Testimonial

“Under the care of Leo J. Borrell, M.D. since December 2001, I have seen a remarkable improvement in my mother’s condition. She is responding dramatically to the new regiment Dr. Borrell has prescribed”

- Beth Rose